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Capítulo 3 Lin Chong va al monte Liangshan en la noche de nieve

水浒传故事(西文版) 作者:王国振


CAPÍTULO 3

Lin Chong va al monte Liangshan en la noche de nieve

Un día, Lu Zhishen enseñaba a los vagabundos su habilidad con el cayado budista. Cuando el monje se estaba calentando, apareció un caballero y lo alabó:

–¡Realmente notable!

Lu Zhishen preguntó quién era:

–Un instructor de armas de la poderosa Guardia Imperial.. Su nombre es Lin Chong, conocido como Cabeza de Pantera. –Lu Zhishen le pidió a Lin Chong que lo instruyera.

Tuvieron una agradable charla y se juraron hermandad. Cuando bebían vino para celebrar el establecimiento de su jurada hermandad, la sirvienta Jin Er llegó corriendo y dijo:

–¡Corra, amo! ¡La señora tiene problemas con un hombre en el pabellón de los cinco picos del templo! Le ha cerrado el paso y no la deja pasar.

Lin Chong rápidamente se separó de Lu Zhishen:

–¡Perdóname hermano, luego te veo!

Cuando llegó al pabellón de los cinco picos, vio a un joven diciéndole palabrotas e incitando a su esposa a subir las escaleras. Lin se adelantó, agarró al joven por los hombros y le dio la vuelta levantando el puño. Entonces reconoció al joven amo Gao, hijo adoptivo del mariscal Gao Qiu, comandante de la Guardia Imperial.. Se quedó sin fuerza en los brazos. Al ver que era Lin Chong, Gao se dio la vuelta y se fue. Desde entonces, sufrió de mal de amores y se confinó en la cama para siempre. Gao Qiu, temeroso de perder a su hijo, reunió a varios de sus favoritos para negociar. El capitán Lu Qian propuso un engaño. A Gao le encantó y dijo:

–Muy bien, encuentra a alguien que le venda mi fina espada a Lin Chong.

El día previsto, cuando Lin Chong miraba embelesado la fina espada después de comprarla, fueron a su puerta dos tenientes y dijeron:

–Instructor de armas Lin, orden del mariscal: ha sabido que ha comprado una fina espada y quiere que la lleve para compararla con la suya. El mariscal le espera en su residencia.

Llevaron a Lin Chong a un salón en el que, sobre la puerta, había una placa con cuatro palabras escritas en verde: "Aquí es donde se habla de los asuntos militares más altos". Lin Chong, sorprendido, pensó: "¡Cómo voy a entrar ahí!" Se giró rápidamente. Tras él se oyeron pisadas de botas. No era otro que el mariscal Gao, ladrando:

–Lin Chong, ¿Cómo te atreves a meterte en el santuario interior del Tigre Blanco? ¿No conoces la ley? ¡Y llevando un arma! ¡Debes de haber venido a matarme!

Llevando a cabo la orden del mariscal, los guardias escoltaron a Lin Chong a la prefectura de Kaifeng.

El prefecto Teng, aunque sabía que Lin Chong era claro y justo, tenía que llevar el caso, y decidió darle una sentencia ligera. Llamó a juicio y sentenció que "Lin Chong no debería entrar en el santuario interior inapropiadamente llevando una espada". Lo condenó a veinte azotes de bambú y exilio a Laocheng, Cangzhou. Dong Chao y Xue Ba escoltarían a su destino al prisionero.

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Lu Qian pagó a Dong Chao y a Xue Ba para que mataran a Lin Chong de camino. Cuando llegaron a un bosque salvaje conocido como bosque del Jabalí Salvaje, Dong Chao dijo:

–Estamos cansados y queremos dormir un rato.

Xue Ba, cogiendo cuerdas, le dijo a Lin Chong:

–Te ataremos a un árbol, no queremos que te escapes.

Xue Ba y Dong Chao ataron fuerte a Lin Chong a un árbol. Entonces cogieron las porras y avanzaron sobre él.

–Matarte no es idea nuestra, –dijeron–. El otro día, el capitán Lu Qian nos informó de la orden del mariscal Gao. Te mataremos aquí. –Xue Ba levantó su porra de oficial y golpeó con fuerza en la cabeza a Lin Chong.

Pero, más rápido que lo que pueden contar las palabras, de detrás del pino vino un rugido atronador. Lu Zhishen saltó interceptando la porra y lanzándola a volar por el aire con su sólido cayado de hierro. Entonces blandió el cayado hacia Xue Ba y Dong Chao. Lin Chong gritó rápidamente:

–¡Hermano! Quieto. No es cosa suya. El mariscal Gao les dio órdenes de destruirme por medio del capitán Lu Qian. –Lu Zhishen tuvo que dejarlos ir.

De camino, Lu protegió a Lin Chong y regresaron a la Capital del Este, cerca de Cangzhou. Lin Chong y los dos guardias entraron en una taberna. El posadero les dijo:

–En nuestro pueblo hay un rico llamado Chai Jin, conocido en esta zona como Sr. Chai. En la Fraternidad de los Gallardos lo llaman Pequeño Remolino. Nos ha dejado instrucciones en la taberna: "Decidle a cualquier prisionero en ruta hacia el exilio que venga a mi casa. Le ayudaré con dinero".

Lin Chong fue a la mansión de Chai Jin, diciéndole:

–Su humilde servidor se llama Lin Chong, antiguo instructor de armas de los guardias imperiales de la Capital del Este. Como ofendí al mariscal Gao, inventó una excusa para mandarme a la prefectura de Kaifeng y me han exiliado a Cangzhou. Nos dijeron en la taberna del pueblo que el gallardo héroe que vive aquí, el Sr. Chai, tiene su casa abierta a los hombres de talento, así que he venido a visitarlo.

Chai Jin se inclinó rápidamente para devolver la cortesía y dijo:

–Mil perdones por no haberles dado la bienvenida antes.

Tuvieron una agradable charla lamentando no haberse conocido antes. Chai Jin tuvo varios días a Lin Chong en su casa. Antes de que se fuera, también escribió dos cartas que dio al instructor de armas, diciendo:

–El prefecto de Cangzhou es buen amigo mío. También tengo buena relación con el guardián y el alguacil de la prisión de la guarnición. Déle estas cartas y le tratarán bien.

Cuando Lin Chong fue escoltado a la prisión, el alcaide se acercó y preguntó:

–¿Quién de vosotros es el recién llegado?

Lin Chong dio un paso al frente y cogió un poco de plata y se la dio al alguacil y le pidió que entregara las dos cartas de Chai Jin y algo de plata al guardián. El alcaide dijo:

–¿Cartas del Sr. Chai? Entonces no tienes nada de que preocuparte y te cuidaremos. En un rato enviará por ti para que te inscriban. Cuando te llame, di que estuviste enfermo durante el viaje.

El guardia llamó a Lin Chong al salón, y dijo:

–Eres un prisionero nuevo. El primer emperador Song nos ha transmitido la antigua regla: "Se deben administrar cien azotes a cada nuevo prisionero enviado al exilio".

–Su humilde servidor enfermó durante el camino. Solicito que se postponga el azote.

Como estaban las cartas de Chai Jin, el guardia dijo: "Como está enfermo, quizás se le pueda eximir del castigo". Sugirió el alcaide:

–Hoy se cumple la condena del prisionero que se ha estado ocupando del templo de la guarnición. ¿Por qué no hacer que Lin Chong lo sustituya?

Desde entonces, Lin Chong comió y durmió en el templo. Cada día, no hacía más que quemar incienso y barrer el suelo. Llegó el invierno. El guardia dijo:

–Llevas mucho tiempo aquí. Por la dignidad del Sr. Chai, te haremos la concesión de llevar el almacén de forraje.

Lin Chong fue al depósito. Había pilas de heno por todas partes. Una noche hacía mucho frío. Lin Chong se sentó en un templo derruido, alimentando el fuego y bebiendo vino para alejar el frío. De repente, oyó un ruido en el exterior. Se puso de pie y miró por un agujero de la pared. El depósito de forraje estaba en llamas ardiendo ferozmente. Lin Chong apagó el fuego del templo y cogió su lanza. Estaba a punto de abrir la puerta y entrar en el depósito. Entonces, oyó las voces de los hombres. Eran el capitán Lu Qian y el alcaide. Lu Qian decía:

–Estamos en deuda con el guardián y contigo, alcaide. Cuando regrese a la capital e informe al mariscal, indudablemente les hará altos oficiales.

–Trepé por el muro e incendié unas pajas. Me gustaría ver salir de esto a Lin Chong. Aunque escape con vida, quemar un depósito de forraje militar es un crimen castigado con la muerte –decía el alcaide.

Furioso, Lin Chong abrió la puerta. Con un rugido, levantó el brazo y atravesó al alcaide. Antes de que Lu hubiera dado tres pasos, Lin Chong se fue a por él y lo tiró de espaldas sobre la nieve. Lu se humilló de rodillas y rogó. Lin Chong sacó su daga y le clavó la hoja en el corazón. Luego, salió del templo y fue a buscar refugio con Chai Jin. En la puerta de Cangzhou había un gran número de soldados. Algunos leían la noticia del arresto de Lin Chong pegado en la muralla que decía: "El criminal Lin Chong asesinó al alcaide y al capitán Lu Qian y quemó el depósito de forraje del ejército. Debería ser arrestado y llevado inmediatamente a la justicia".

Lin Chong se quedó en la casa de Chai Jin, diciéndole:

–Será mejor que no me tenga aquí, Excelencia, están registrando casa por casa. Si me encuentran en la mansión, estará implicado y eso no es bueno. Buscaré otro refugio.

Chai Jin le dijo:

–Como insistes en marcharte, hermano, tengo un sitio que sugerir, te daré una carta de presentación. Se llama pantano de Liangshan, en la prefectura de Jizhou, provincia de Shandong. Muchos que han cometido crímenes capitales han encontrado refugio allí.

Lin Chong se acercó al pantano de Liangshan. Bebía vino en una tienda. Como no podía encontrar un barco para cruzar, estaba deprimido, escribió estas líneas en una pared blanqueada: "Caballeresco es Lin Chong, el más leal de los hombres. Renombrado entre los gallardos, dirigirá a los héroes de la tierra. ¡A la deriva por la tragedia, ha sufrido muchos contratiempos, pero, cuando encuentre su camino, el monte Tai le hará una reverencia!".

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De repente, entró un hombre y dijo:

–¡Qué cara tienes! ¡Y ahí estás!

Lin Chong preguntó sorprendido:

–¿Quién eres?

El hombre se rio y dijo:

–Me llamo Zhu Gui. Con la tapadera de llevar esta taberna, mi trabajo es observar los movimientos de los mercaderes y viajeros al pantano de Liangshan. Hemos oído algo sobre ti. Si quieres ir al pantano, te mandaré allí mañana por la mañana.

Zhu Gui llevó a Lin Chong al pantano de Liangshan y lo condujo al salón de la Justa Fraternidad. Tras saludar respetuosamente a Erudito de Negro Wang Lun, a Rascacielos Du Qian y a Guardián de las Nubes Song Wan, Lin Chong presentó la carta de Chai Jin. Wang Lun la abrió y la leyó, pensando: "Soy un erudito que suspendió el examen del servicio civil. Este tipo era instructor de armas de los guardias imperiales. Debe de ser un militar excelente. Si lo aceptamos y ve lo que son los chicos, probablemente querrá ser el jefe".

Wang Lun dio una fiesta para Lin Chong. Cuando acabaron, según las instrucciones de Wang Lun, uno de los hombres trajo una bandeja con cincuenta onzas de plata blanca y se la pusieron delante a Lin. Wang Lun se levantó y le dijo:

–El Sr. Chai ha mandado una carta recomendando que tú, instructor de armas, te unas a nuestra humilde banda pero, desgraciadamente, tenemos poco grano, nuestros edificios están en malas condiciones, nuestras fuerzas son pequeñas. No estaría bien que impidiéramos tu carrera. Te ofrecemos estos regalos insignificantes con la esperanza de que no los rechaces. Perdónanos y busca sitio en alguna fortaleza grande.

Lin Chong contestó:

–He venido desde lejos para ponerme bajo su afamado comandante. Aunque no tengo talento, espero que me acepten. No tengo otro deseo salvo comprometer mi vida con ustedes. –Zhu Gui, Du Qian y Song Wan también convencieron a Wang Lun de aceptar a Lin Chong in. Wang Lun le dijo:

–Como realmente quieres ser uno de nosotros, tendrás que presentar un certificado de afiliación.

–Sé leer y escribir bastante bien; si me dan papel y pluma les escribiré uno–dijo sonriendo Lin Chong.

–No entiendes, instructor de armas –se rio Zhu Gui– exigimos un certificado de afiliación a cualquier valiente que quiera unirse a nuestra banda. Significa que tienes que bajar la montaña, matar a un hombre y traernos su cabeza para probarte.

–Eso no será difícil –dijo Lin Chong.

–Le doy tres días –le dijo Wang Lun–. Si traes el certificado de afiliación en ese plazo, te aceptaré. Si no, tendrás que perdonarnos.

Lin Chong esperó en el bosque dos días pero no encontró un solo viajero. Al tercer día, vio a un hombre con un gran lunar azul en la cara. Levantando la espada, fue corriendo hacia él, que también sacó la espada para presentar batalla. Se enfrentaron treinta veces sin que ninguno ganara.

Justo cuando la pelea llegaba a su clímax, bajaba la montaña Wang Lun, acompañado de Du Qian y Song Wan.

–Bonita técnica la de ambos –elogió Wang Lun–. Este es nuestro hermano Lin Chong, conocido como Cabeza de Pantera. Y, usted, señor de la cara azul ¿Cómo se llama?

–Me llamo Yang Zhi, conocido como Bestia Carazul. Sin embargo, estoy vagando por aquí porque perdí las grotescas formaciones de rocas de colores.


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