Capítulo I
La dinastía Tang gobernó China desde el año 618 hasta el 907 d. C. En complicidad con su hija, la Princesa Felicidad, la Emperatriz Wei envenenó a su esposo, Li Xian, en el año 709 y se apoderó del trono, trayendo el caos a la corte. A pesar de las denuncias dentro y fuera de la corte real, malgastó sin contemplaciones ordenando construir torres y pabellones para su hija y templos budistas y abadías taoístas también para ella. Así mismo le permitió a su hija la venta de rangos y títulos.
Li Longji, de 25 años, tercer hijo de Li Dan, el señor de la prefectura de Xiang, creció preocupado por las fechorías de la Emperatriz Wei y el caos reinante dentro de la dinastía. Al enterarse de que la emperatriz planeaba asesinar a su padre y a su tía, la poderosa Princesa de la Paz, Li Longji decidió actuar, tomar medidas y dar un golpe de Estado para derrocar a la señora Wei.
Se le aconsejó a Li que dijera a su padre la decisión tomada, pero estaba decidido a protegerlo. "Estoy dispuesto a sacrificar mi vida por esta causa sagrada. Si tengo éxito, mi padre tomará el crédito. Si fracaso, caeré por mi país y mi padre no tendrá problemas. Pero si le informo de mis acciones, estará en peligro si fallamos". Li Longji meditaba sobre los resultados. "¿Y qué pasará si se opone a nuestro plan?".
Esa misma noche, Li Longji y sus seguidores irrumpieron en la corte y mataron a la emperatriz. Encontraron a la Princesa Felicidad mirándose fijamente en su reflejo mientras se pintaba las cejas y también la mataron.
Tomando el lugar de la Emperatriz Wei, el padre de Li Longji fue coronado como Emperador Rui. Estaba agradecido por la hazaña heroica de su hijo y decidió hacer de Li Longji el heredero del trono en lugar de a su hijo mayor, a pesar de las costumbres del país.
Tres años después, Li Longji reemplazó a su padre en el trono y fue coronado como Emperador Ming Huang. Como gobernante competente, seleccionó varios funcionarios talentosos para que le acompañaran y se dedicó a hacer más próspero su país. Promovió a los mejores trabajadores, ayudó a desarrollar una economía fuerte y luchó por la educación. Mientras tanto, su tía, la Princesa de la Paz, se hacía cada vez más poderosa y un año después de que Li Longji se convirtiera en Emperador, la mató para asegurar su título.
Su reinado duró 28 años (713-741 d. C.) y fue llamado "Kaiyuan" o "La creación de una nueva era". Durante este tiempo, China se convirtió en la nación más poderosa del mundo.
Sin embargo, a medida que pasaron los años, el Emperador Ming Huang abandonó sus ambiciones políticas y comenzó a complacerse a sí mismo. Se volvió cada vez más obstinado y comenzó a eliminar a los oficiales de mayor rango, entre ellos al primer ministro Zhang Jiuling. El Emperador sin embargo admiraba a hombres como Li Linfu, un presuntuoso que "hablaba muy dulce pero escondía la daga bajo la manga", y pronto permitió que esas personas comenzaran a gobernar el país. Ese mismo año, durante la celebración de su cumpleaños, se enamoró de la hermosa Yang Yuhuan, una concubina de Li Mao, señor de la prefectura de Shou.