El juez Di nació en una familia de funcionarios de procedencia terrateniente durante la dinastía Tang (618–907). Fue extremadamente dedicado y sus sacrificios finalmente fructificaron al ser nombrado para un cargo oficial. A la edad de 47 años, al cabo de un año durante su mandato como funcionario asistente en Dali (encargado de investigar casos legales), emitió fallos sobre más de 17.000 casos legales y en todos, los familiares de los procesados expresaron su voluntad de cumplir con su veredicto. Fue un honesto funcionario del Estado, lo suficientemente valiente como para luchar contra el mal, convirtiéndose en un destacado héroe que contribuyó al renacimiento de la dinastía Tang.